martes, 10 de septiembre de 2013

El Príncipe, Capítulos I-III

EL PRÍNCIPE

NICOLÁS MAQUIAVELO


Análisis Temático




Como previamente fue enunciado, se versará acerca de las ideas que cada capítulo de la obra contiene, se hará una breve síntesis de las mismas, así como un comentario, a manera de aportación personal. Considérese, en función a lo comentado, que ciertos capítulos no constan más que de unos cuantos párrafos, razón por la cual, serán visualmente más pequeños, pero esto no se verá necesariamente reflejado en el contenido y su calidad. Nótese, que dentro del índice se agrupan los capítulos por conjuntos, esto, en función del contenido de cada uno, y de la relación que existe entre los contenidos de los mismos, así, por ejemplo, los tres primeros capítulos se relacionan en su contenido, y son presentados conjuntamente, en lugar de por separado.


Capítulo I.- De las distintas clases de principados y la forma en que se adquieren.

En esta primera y reducida sección de la obra, se apertura mencionando que los reinos y principados, o son Hereditarios, o son Nuevos. Dentro de los nuevos, existe la categoría de Totalmente Nuevos, y Agregados; siendo que los agregados los adquiere un príncipe que anteriormente ya tenía un reino.  A su vez, se distingue que dichas situaciones se producen o bien por las Armas Propias, o las Armas Ajenas, y en esto, la causa puede ser la Suerte o la Virtud. Es decir, desde el inicio Maquiavelo distingue las diversas situaciones que pueden llevar a un Príncipe a gobernar un territorio, y las variables que en ello influye.


Capítulo II.- De los principados hereditarios.

Dentro de los tipos de principados, existe el Hereditario, uno de los más comunes, donde una familia o dinastía conserva durante generaciones el gobierno de un territorio. Tal es el caso de los reinados clásicos de la Europa medieval, como los Borbón, los Tudor, y de las dinastías en China. Así, se enuncia que, es en suma más fácil para el príncipe que acaba de conquistar un nuevo territorio, conservar un estado hereditario, en comparación con cualquier otro; esto debido a que el pueblo no está acostumbrado a ser libre, y por tanto, solo basta no alterar inmediatamente el orden preestablecido, y saber realizar los cambios pertinentes en el devenir del principado.
  

Capítulo III.- De los principados mixtos.

Los principados mixtos, son aquellos Estados que eran anteriormente regidos por una persona distinta al príncipe, quien en el momento de conquistar dicho territorio lo anexa a uno que ya tenía bajo su yugo anteriormente; es decir, el nuevo territorio pasa a formar parte del reinado del príncipe. Se distingue, que si las nuevas conquistas son de la misma provincia, es muy fácil conservarlas, sobre todo si están acostumbrados a vivir bajo el yugo de un príncipe; y en aras de afianzarse en el poder, se debe terminar con la familia del anterior príncipe, para evitar las ambiciones de recuperar lo perdido que pudiesen surgir.

Es aquí donde primeramente se nota la parte maquiavélica de la obra; sin embargo, resultaría difícil pretender conservar la propiedad de otro si se vive con él dentro de la misma, o bien, si se sospecha que podría pretender recuperar su derecho, arbitrariamente o no, arrebatado. A su vez, dualmente a lo mencionado, se menciona que se debe respetar los usos y las costumbres del pueblo, y respetar las ventajas y privilegios que antes gozaban los sectores más altos de la sociedad.

Cuando se tiene una colonia; tal y como fue el caso de la Nueva España, se considera que son mucho más fieles y más seguras, en razón que se ve al colonizador desde una perspectiva inferior, razón que logra justificar la exigencia del yugo que pesa sobre los colonizados. Piénsese en la Nueva España, colonia que no se habría independizado jamás de no haber sido por el Nacionalismo Criollo; es decir, propiamente los nativos de la región no anhelaban la emancipación, no deseaban cambiar el orden establecido por los españoles, es decir, como bien lo menciona Maquiavelo, los damnificados no pueden causar molestias, porque son pobres y están aislados. De no haber sido por los criollos, la Nueva España seguiría existiendo.


Por otra parte, las provincias anexadas al previo reinado del príncipe, es decir, los principados mixtos, cuando son de usos, lengua, organización, religión y cultura distinta a la del príncipe, engendran muchas más dificultades, entrañadas por las divergencias y posible divisiones que pudiesen surgir. Para soslayar esta situación, el Príncipe debe convertirse en defensor del pueblo, para ganar su respeto y visto bueno, así también, se debe radicar un tiempo en la nueva provincia, en aras de aprender sus usos, su lengua, y posteriormente comisionar un representante leal al príncipe.

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