jueves, 12 de septiembre de 2013

El Príncipe, Capítulos IX-XIV

El Príncipe, Capítulo IX al XIV



PARTE TERCERA: DE LAS FORMAS DE PRINCIPADOS

Capítulo IX.- Del principado civil.

Este tipo de gobierno surge de la lucha entre opuestos dialécticos que es la pugna entre el Pueblo y los Nobles, dos entidades que necesitan la una de otra, pero entran en conflicto de manera constante; ejemplos históricos sobran, baste con mencionar que Karl Marx desarrolló la teoría de Lucha de Clases Sociales en base a ello, y la elevó al grado de Motor Histórico, citando el Manifiesto Comunista:  

¨La historia (escrita) de todas las sociedades existentes hasta ahora es la historia de la lucha de clases. (Esto es generalmente conocido como "la teoría de la lucha de clases como motor de la historia").

Aunque, dentro de Maquiavelo, la Lucha entre la plebe y los grandes genera armonía, difiriendo de Marx, quien dice que genera progreso y desarrollo.

En consecuencia, se puede subir al poder gracias al Pueblo o a los Nobles, siendo que si se sube al poder por el pueblo, se mantiene más fácilmente, ya que solo basta con mantenerle tranquilo, caso contrario con los nobles, a quienes el Príncipe difícilmente puede manejar y doblegar a gusto, so pena de caer de su gracia.

Capítulo X.- Como deben medirse las fuerzas de todos los principados.

Básicamente, la idea en este capítulo es sumamente simple, y no requiere siquiera de ejemplos estrafalarios. Sea pues, que los Príncipes que dependan de sí mismos, no sean odiados por el pueblo, y cuenten con fuerzas militares suficientes, serán considerados fuertes; caso contrario con aquellos Príncipes que no tengan fuerzas suficientes para defenderse por sí solos, o bien, sean repudiados por el pueblo, serán débiles y penden de un hilo.

Capítulo XI.- De los principados eclesiásticos.

Estos principados son de una clase especial, ya que el autor considera que son los únicos que se sostienen sin necesidad de un príncipe propiamente, ya que se basan en las instituciones religiosas ancestrales, las cuales son por sí solas lo suficientemente fuertes para mantener la cohesión interna del principado, independientemente del modo en que proceda el soberano.


PARTE CUARTA: DE LA MILICIA

Capítulo XII.- De las distintas clases de milicias y de los soldados mercenarios.

Existen 4 tipos de tropas: Propias, Mercenarias, Auxiliares y Mixtas. Brevemente, se define cada una; las mercenarias son aquellas tropas pagadas y que no sirven únicamente al príncipe, o bien, lo hacen por razones económicas y no de afinidad; las auxiliares, son aquellas que otro soberano presta al príncipe para ayudarle a librar las batallas para que las necesitare; las propias son las que se encuentran bajo el mando absoluto del príncipe, por ser afines a él y al territorio que gobierna, y por último, las mixtas son combinaciones de las anteriores.

Por ende, se entiende que ni tropas mercenarias ni auxiliares son confiables, ya que ninguna le rinde lealtad verdadera al príncipe, sino al dinero y a las ambiciones de su propio príncipe, respectivamente. Aún y cuando se puede servir de las mismas, se debe procurar la creación de un ejército propio, tal y como lo hiciera César Borgia al tomar la Romaña con el ejército de Alejandro VI, y después formar su propia milicia.

Cabe destacar, que el autor pone especial énfasis en el hecho que sólo el Príncipe debe ejercer el puesto de Capitán entre sus tropas, pues considera que el efecto de afinidad y la carga emocional de mirar al líder del Estado luchar a la par de las tropas. Un ejemplo clásico, aunque desfavorable para dicho capitán, fue la batalla de Waterloo, donde las fuerzas del Imperio Francés fueron comandadas por el mismísimo Napoleón Bonaparte.


Capítulo XIII.- De los soldados auxiliares, mixtos y propios.

      Maquiavelo, considera que las ya definidas tropas auxiliares son peligrosas para el Príncipe que las utiliza, pero útiles y buenas para los que las brindan, pues si se pierde la batalla, quien prestó las tropas no pierde territorio, y quien las usó sí, o bien, si se gana, quien prestase las tropas tiene bajo su dominio a quien las usase, que queda a merced de las tropas del otro Príncipe, las cuales pueden ser usadas en su contra, luego de haberse servido de ellas para librar y triunfar dicha batalla.

      Por otra parte, insiste en que las tropas auxiliares son aún más peligrosas que las mercenarias, ya que estas primeras están perfectamente cohesionadas y siguen ciegamente a su Príncipe.


Capítulo XIV.- De los deberes de un príncipe para con la milicia.

Maquiavelo considera que uno de los principales deberes del Príncipe es el arte militar, y es uno de los cuales nunca deberá olvidarse. Recomienda que durante los tiempos de paz se espere y se prepare la guerra de dos modos distintos: el Estudio y la Acción, ya que recomienda estudiar la Historia de los grandes hombres y los grandes actos, de los grandes guerreros y los grandes héroes, esto para aprender de sus virtudes y errores, y ser un mejor estratega; por otra parte, recomienda la acción, dedicarse a la caza para acostumbrar al cuerpo a las fatigas y para aprender a reconocer el terreno donde se libraría una batalla.

Un ejemplo histórico y clásico, es el del rey Leónidas de Esparta, quien, durante la Segunda Guerra Médica, logró contener al ejército de 300,000 soldados del emperador persa Jerjes I, hazaña realizada con tan solo 300 espartanos, 700 tespios, 400 tebanos y posiblemente algunos cientos de soldados más, la mayoría de los cuales murieron en la batalla. Dicha osadía solo fue posible por el conocimiento que Leónidas tenía del paso de las Termópilas, el cual era un cuello de botella, que permitió prolongar la resistencia por 7 días.


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