El Príncipe, Capítulo IX al XIV
PARTE
TERCERA: DE LAS FORMAS DE PRINCIPADOS
Capítulo
IX.- Del principado civil.
Este tipo de gobierno surge de la lucha entre opuestos dialécticos
que es la pugna entre el Pueblo y los Nobles, dos entidades que necesitan la
una de otra, pero entran en conflicto de manera constante; ejemplos históricos
sobran, baste con mencionar que Karl Marx desarrolló la teoría de Lucha de
Clases Sociales en base a ello, y la elevó al grado de Motor Histórico, citando
el Manifiesto Comunista:
¨La historia (escrita)
de todas las sociedades existentes hasta ahora es la historia de la lucha de
clases. (Esto es generalmente conocido como "la teoría de
la lucha de clases como motor de la historia").
Aunque, dentro de Maquiavelo, la Lucha entre la plebe y los
grandes genera armonía, difiriendo de Marx, quien dice que genera progreso y
desarrollo.
En consecuencia, se puede subir al poder gracias al Pueblo o
a los Nobles, siendo que si se sube al poder por el pueblo, se mantiene más
fácilmente, ya que solo basta con mantenerle tranquilo, caso contrario con los
nobles, a quienes el Príncipe difícilmente puede manejar y doblegar a gusto, so
pena de caer de su gracia.
Capítulo X.- Como deben medirse las fuerzas
de todos los principados.
Básicamente, la idea en este capítulo es sumamente simple, y
no requiere siquiera de ejemplos estrafalarios. Sea pues, que los Príncipes que
dependan de sí mismos, no sean odiados por el pueblo, y cuenten con fuerzas
militares suficientes, serán considerados fuertes; caso contrario con aquellos
Príncipes que no tengan fuerzas suficientes para defenderse por sí solos, o
bien, sean repudiados por el pueblo, serán débiles y penden de un hilo.
Capítulo XI.- De los principados
eclesiásticos.
Estos principados son de una clase especial, ya que el autor
considera que son los únicos que se sostienen sin necesidad de un príncipe
propiamente, ya que se basan en las instituciones religiosas ancestrales, las
cuales son por sí solas lo suficientemente fuertes para mantener la cohesión
interna del principado, independientemente del modo en que proceda el soberano.
PARTE CUARTA: DE LA MILICIA
Capítulo XII.- De las distintas clases de
milicias y de los soldados mercenarios.
Existen 4 tipos de tropas: Propias, Mercenarias, Auxiliares
y Mixtas. Brevemente, se define cada una; las mercenarias son aquellas tropas
pagadas y que no sirven únicamente al príncipe, o bien, lo hacen por razones
económicas y no de afinidad; las auxiliares, son aquellas que otro soberano
presta al príncipe para ayudarle a librar las batallas para que las necesitare;
las propias son las que se encuentran bajo el mando absoluto del príncipe, por
ser afines a él y al territorio que gobierna, y por último, las mixtas son
combinaciones de las anteriores.
Por ende, se entiende que ni tropas mercenarias ni
auxiliares son confiables, ya que ninguna le rinde lealtad verdadera al
príncipe, sino al dinero y a las ambiciones de su propio príncipe,
respectivamente. Aún y cuando se puede servir de las mismas, se debe procurar
la creación de un ejército propio, tal y como lo hiciera César Borgia al tomar
la Romaña con el ejército de Alejandro VI, y después formar su propia milicia.
Cabe destacar, que el autor pone especial énfasis en el
hecho que sólo el Príncipe debe ejercer el puesto de Capitán entre sus tropas,
pues considera que el efecto de afinidad y la carga emocional de mirar al líder
del Estado luchar a la par de las tropas. Un ejemplo clásico, aunque
desfavorable para dicho capitán, fue la batalla de Waterloo, donde las fuerzas
del Imperio Francés fueron comandadas por el mismísimo Napoleón Bonaparte.
Capítulo XIII.- De los soldados auxiliares,
mixtos y propios.
Maquiavelo,
considera que las ya definidas tropas auxiliares son peligrosas para el
Príncipe que las utiliza, pero útiles y buenas para los que las brindan, pues
si se pierde la batalla, quien prestó las tropas no pierde territorio, y quien
las usó sí, o bien, si se gana, quien prestase las tropas tiene bajo su dominio
a quien las usase, que queda a merced de las tropas del otro Príncipe, las
cuales pueden ser usadas en su contra, luego de haberse servido de ellas para
librar y triunfar dicha batalla.
Por
otra parte, insiste en que las tropas auxiliares son aún más peligrosas que las
mercenarias, ya que estas primeras están perfectamente cohesionadas y siguen
ciegamente a su Príncipe.
Capítulo XIV.- De los deberes de un
príncipe para con la milicia.
Maquiavelo considera que uno de los principales deberes del
Príncipe es el arte militar, y es uno de los cuales nunca deberá olvidarse.
Recomienda que durante los tiempos de paz se espere y se prepare la guerra de
dos modos distintos: el Estudio y la Acción, ya que recomienda estudiar la
Historia de los grandes hombres y los grandes actos, de los grandes guerreros y
los grandes héroes, esto para aprender de sus virtudes y errores, y ser un
mejor estratega; por otra parte, recomienda la acción, dedicarse a la caza para
acostumbrar al cuerpo a las fatigas y para aprender a reconocer el terreno
donde se libraría una batalla.
Un ejemplo histórico y clásico, es el del rey Leónidas de
Esparta, quien, durante la Segunda Guerra Médica, logró contener al ejército de
300,000 soldados del emperador persa Jerjes I, hazaña realizada con tan solo 300
espartanos, 700 tespios,
400 tebanos y posiblemente algunos cientos de soldados
más, la mayoría de los cuales murieron en la batalla. Dicha osadía solo fue
posible por el conocimiento que Leónidas tenía del paso de las Termópilas, el
cual era un cuello de botella, que
permitió prolongar la resistencia por 7 días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario